Agradecimiento al Hogar de Ancianos

Cuando la palabra GRACIAS no alcanza


A todo el personal del Hogar de Ancianos "San Cayetano" le debo la felicidad de mi abuela Angélica en su último mes de vida. Siento que por más que repita una y mil veces ¡GRACIAS! nunca expresará la dimensión del sentimiento de agradecimiento que tengo.

Conociendo otro "hogar de ancianos", puedo decir que todo el personal del Hogar de Ancianos de nuestra localidad son seres de luz, especiales que, con verdadera vocación, hacen que la vida de los abuelos que allí se hospedan sea verdaderamente feliz.

Ante el dolor de la pérdida de mi abuela, la que ocupó el lugar vacío que dejó mi madre, la que se preocupó por mí lo mejor que pudo o lo que su vida dura le permitió; me queda el consuelo de saber que en estos 29 días últimos de su larga vida fue feliz como quizás mi yo misma recordaba que se podía ser. Esto fue posible por las personas que se ocuparon y cuidaron con cariño de ella; porque me recibieron a mí con cariño, dejándome ser parte de esa familia, las mismas que me contuvieron ante esta difícil situación.

Para aquellos que nunca tuvieron la posibilidad de conocer a este hogar (como yo, por ejemplo), les sugiero que, si tienen un minuto disponible, se acerquen y disfruten de la paz y alegría que allí se vive. ¡Cuántas veces me hubiera quedado a dormir la siesta con mi abuela! Quizás descubren que algo pueden hacer y colaborar en una tarea que seguramente les será recompensada con la gran satisfacción de haber hecho el bien al otro, y este sentimiento no se adquiere ni con todo el dinero del mundo.

A todas la personas que estuvieron junto a mí: amigos, compañeros, conocidos, familiares de mi hijo Mateo; también reciban mi ¡GRACIAS! Son en estos momentos donde uno quizás descubre quien realmente nos quiere.

A mi abuela Angélica, en beso eterno, esperando con la fe que he perdido, que se encuentre con mis queridos abuelo Tino y mi tía Mabel. Caín espera ser grande para comprarse una escalera y llegar a visitarte en el cielo.

Gabriela Fabiana Basualdo