Sr. Director
Envio carta al lector para su posible publicación:
A los Sres Diputados Nacionales por Santa Cruz, Evaristo Rodríguez y Beatriz Korenfeld :
Soy una santacruceña que hace años vive en Buenos Aires, una de las tantas personas que vinimos a esta capital y por razones laborales o personales, nos quedamos en esta ciudad.
Mi familia vive aun en Santa Cruz, padres y abuelos.
Es mi intención manifestarle que hubiese sido muy enriquecedor que desde el lugar que le toca como diputado representante de mi provincia hubiese aportado su discurso al debate en torno al la ley que modifica el código civil y habilita el matrimonio a personas del mismo sexo.
Me hubiese gustado oírlo como santacruceña y como lesbiana. Porque es un debate que necesita abrirse a toda la sociedad, instalarse en cada uno de los pueblos en todas las provincias.
Estuve durante la extensa sesión del 4 de mayo en el recinto, en uno de los balcones junto a otros cientos de personas que quisimos presenciar este hecho histórico y pude oír las diferentes opiniones (a favor y en contra) de casi todas las provincias.
Santa Cruz estuvo presente pero no dio la posibilidad al debate y a oir los argumentos de un tema que necesita sobre todo de la palabra, de que las cosas se pongan sobre la mesa, se expresen, que se hable del tema, que deje de ser algo acallado o silenciado. Me hubiese gustado oirlo también.
Este tema también pone sobre la mesa hablar de lo que ocurre aun hoy en los pueblos y ciudad pequeñas alejadas (y no tanto) de la Ciudad de Buenos Aires. La realidad de las personas que eligen vivir una opción sexual diferente no se vive de la misma manera en un pueblo, en una provincia o en la gran ciudad y tal vez este sea uno de los motivos por lo cual muchos y muchas no tienen otra opción que irse buscando un lugar en el que no tengan que ocultarse o mentir.
La violencia, la homofobia, esta a flor de piel y para muchos gays, lesbianas y trans aun hoy es difícil poder vivirlo sin castigos, opresiones o condenas.
¿Sabe usted cuantas personas viven en los pueblos ocultando su deseo y viviéndolo clandestinamente o bajo una doble vida manteniendo familias heterosexuales por no poder animarse a decirlo y mucho menos a vivirlo plenamente?
Este debate dado en la Cámara de Diputados de la Nación, invitaba al diálogo, a que las cosas se empiecen de una vez por todas a llamar por su nombre, y poder así aliviar aunque sea un poco, el sentimiento de humillación y culpa a los que son condenados muchos y muchas personas por su opción y elección sexual diferente.
Expreso de esta manera mi decepción al no poder oír la voz de un representante de mi provincia. Aquí si bien era importante el voto, era y es importante empezar a hablar y hacer entre todos y todas que determinados temas dejen de estar cubiertos por el silencio.
Este silencio a causado históricamente humillaciones, dolores y sufrimiento.
Necesitamos voces.
Valeria Herrera - DNI:25.375.141
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