EL ORDEN DIGITAL

jueves, 14 de agosto de 2008

PAPELES SUELTOS/ Una columna para compartir

MALA HERENCIA
El pesimismo es una mala herencia que les dejamos a nuestros hijos, y que nos aleja de ellos. Ellos quieren creer, necesitan creer. Necesitan imaginar que están protagonizando algo. Pero nosotros les decimos que todo va de mal en peor, peor que lo que nuestros padres nos decían a nosotros en épocas "nuevaoleras" y "hippies".
El pesimismo nos estanca, nos impulsa hacia abajo, justifica nuestra inacción, fortalece la indiferencia. Al fin de cuentas, para qué escribir, para qué movilizarse, para qué reclamar, para qué pensar diferente del poder, para qué escribir en el libro de quejas, para qué emprender algo nuevo, si todo va peor y todo irá peor. Todos somos pesimistas en algún momento del día o de la vida, pero el pesimista profesional quiere intoxicarme con su humo, y prefiero escaparle. Prefiero seguir pensando, observando, latiendo, disintiendo con las verdades oficiales, reclamando por escrito lo que me corresponde. Prefiero imaginar que si hago algo, y mucha gente hace algo, mañana algo puede ser un poquito mejor.

UFA CON MARCO ANTONIO
Hay artistas que la gente ha santificado. A algunos pueden gustarles y a otros no tanto. Pero nacieron para ser queridos. Nacieron para triunfar. Marco Antonio Solís es uno de esos. Tal vez no sea el mejor cantante del mundo, pero debo rendirme ante las evidencias. Ya no critico a los ídolos populares. La gente sabrá cuáles son las razones, o no. Porque tal vez sea algo afectivo y no algo del intelecto. Es el amor del pueblo por algunos elegidos que nacieron para cantar. Ahora, más de una vez me pregunto si, aparte de cantar bien, escribir canciones conmovedoras, tener pinta y ser un tipo simpático, qué tiene Marco Antonio que nosotros no tengamos. Tal vez sea mejor que nadie responda.

AY, LAS MADRES
El semáforo acaba de ponerse en rojo. Los chicos aprenden en la escuela que no hay que cruzar hasta que cambie al verde. La mamá, que quiere lo mejor para sus hijos y que jamás los pondría en peligro, comienza a cruzar exactamente en el momento de peligro. Y, como lleva a los niños de la mano, apura el pasito con esa gracia femenina y con esa irresponsabilidad de la irreflexión más injustificada. Un tropezón, una distracción, un mal paso, bastarían para desencadenar una desgracia. Al otro día, seguramente, todos buscaríamos un culpable. Demasiado tarde.

EL GORDO QUE REGALABA SALMOS
En la tele no hay emoción. Hay burlas, culos, asesinatos, economistas, magni ear y reducefatfast, ruletas, simpsons, telenovelas mexicanas, almuerzos, grondonas, brasileros que venden aguas milagrosas, popeyes que siemrpe vuelven, y muchas otras cosas, secuestros, totas, luchadores, reidores profesionales, debates sin destino, viejos tiranos, tiempos tiranos, idiotas tiranos que tiranizan y maltratan el idioma.
Un martes suspendemos la novela y empezamos a ver gente grande que se emociona hablando de un gordo que andaba en bicicleta. Un cura de pueblo. Y ellos se emocionan de verdad porque el gordo hizo algo para cambiarles la vida. Les hizo ver que valen mucho porque Dios no hace basura. Este millonario no les dejó nada y les dejó un montón. Repartió salmos, consejos, paciencias, y supo callar y parar chismes en un pueblo de alta densidad chismográfica. Este José Koltun, cuando se fue, dejó las hojas de su Biblia a la gente que estaba anotada en su agenda. Y un martes de cualquier semana nos reconcilió con la tele.

TKM
Los chiks eskribn sms. Sintetizan. Inventan todos los días decenas de nuevas abreviaturas. Académicos horrorizados hacen seminarios para anunciar que esto es el Apocalipsis o un poco menos. No es la primera vez que el mundo adulto no entiende los códigos juveniles. Pero mientras esta tierna gente nuestra escriba "tkm", tenemos garantizado el amor, la ternura, y sabemos que todavía no lograron robotizarnos el alma.

IMPOSIBLE
A uno le pasa con alguna gente. No es con todos. Me refiero a eso de no poder hablar en pasado de algunos seres queridos. Algunos se van, y es muy sano dejarlos ir. No los olvidamos, pero los dejamos volar a su nuevo lugar. Pero hay otros a los que nombramos en presente, aunque hayan pasado muchos años. Leyendo "Guía de viaje al cielo", de Anthony Destéfano, recupero la esperanza de reencontrarnos en un espacio mucho mejor que este, lleno de aventuras, y hasta con nuestras queridas mascotas perdidas, a las que también a veces nombramos en presente.

Mario dos Santos Lopes
Opiniones y comentarios a deseadorevista@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

MARCO ANTONIO SOLIS OFICIAL FANS CLUB ARGENTINA www.lahistoriacontinua.com.ar UNITE Y RECIBE TODA LA INFO MAS RECIENTE DE NUESTRO IDOLO,TE ESPERAMOS!!!!