Problema sanitario y de convivencia en Puerto Deseado
Indignación por nuevos envenenamientos de perros
Una situación que se repite en diversas ciudades, pero que en Puerto Deseado se ha tornado particularmente grave en los últimos años es la proliferación de centenares de perros sueltos por las calles. Coincidentemente, se producen matanzas cuya crueldad genera temor y repulsa entre los vecinos.
Tal como ya ocurrió en varias oportunidades durante los últimos años, numerosos canes, en distintos barrios, fueron envenenados durante el pasado fin de semana. Según algunos testimonios, la dramática situación se produjo en calles cercanas al Barrio Padre José Beauvoir, presumiblemente por ingestión de estricnina o alguna sustancia similar muy poderosa, ya que a los vecinos de la zona les resultó imposible salvarlos de la muerte o acudir a los servicios de algún veterinario.
En algunos casos la situación se ha tornado más angustiante e indignante, cuando algunas familias señalaron a este medio que advirtieron que manos anónimas arrojaron carne envenenada en los patios internos de sus domicilios, poniendo en peligro aún mayor a sus niños.
Sueltos y agresivos
El problema de los perros sueltos ha sido deficientemente atendido por las autoridades municipales responsables durante la gestión de Luis Ampuero. Una institución privada que se está formando, con la intención de crear un hogar para animales vagabundos, recibió escasa atención por parte del saliente secretario de gobierno de la comuna. Las campañas de castración, evidentemente, no han dado el resultado esperado, y la desaprensión de numerosos habitantes de la ciudad se hace notar en cada una de las calles.
En la jornada de ayer EL ORDEN DIGITAL se comunicó con José Aguilar, integrante del grupo de "autoconvocados", empleados municipales que plantean alternativas de soluciones frente a diversos temas de la comunidad. "Nuestros compañeros recolectores de residuos han sufrido seis mordeduras mientras cumplían con sus tareas durante la última semana", acotó.
A pesar de las numerosas quejas que se hicieron públicas en las radioemisoras locales, no se han conocido denuncias o testimonios que permitan identificar a quienes, mediante el veneno, parecieran querer aplicar una "solución final" a la molestia que ocasionan los canes sueltos, con el riesgo de producir daños irreparables en vidas humanas.
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