EL ORDEN DIGITAL

lunes, 9 de febrero de 2009

Carlos Santi, gerente de la empresa Santa Cruz Estibajes, cree que son necesarios los incentivos para que operar en los puertos patagónicos vuelva a ser rentable
Propone la vuelta de los reembolsos y una ley de cabotaje



Puerto Deseado, (C).- Vinculado a la pesca desde que llegó la primera empresa a instalarse en la localidad, el gerente de Santa Cruz Estibajes, durante un reportaje realizado por Crónica, efectúa una mirada crítica sobre la actividad pesquera y portuaria; sostiene que si no hay seguridad jurídica no habrá más inversiones; apuesta a la concertación por parte de gremios, empresas y Gobierno; y admite que solo los incentivos por puertos patagónicos, la creación de una ley de cabotaje y la reducción de costos podrán salvar la actividad.

Crónica. Estuvo en reunido con políticos locales y gremios de la pesca para tratar la conformación del Concejo Municipal Pesquero Portuario, ¿qué evaluación hace de esa reunión?
Carlos Santi. Me pareció positiva y el pedido que la gente tiene es que el Consejo tiene que ser más bien ejecutor que consultor porque ya que hubo otras experiencias que no fueron tenidas en cuenta, y ahora de nosotros dependerá que nos escuchen.
C. Hace poco estuvo aquí Ariel Sudán, partícipe activo de los consejos de Madryn y de Rawson y explicó que este tipo de órganos son más que nada consultivos porque la política de Chubut es clara en cuanto al otorgamiento de los permisos de pesca.
C.S. Es cierto son consultivos en Chubut y cada provincia tiene su política pesquera, pero en el caso de Santa Cruz ahora el Gobierno va a actuar sabiendo qué es lo que piensa la comunidad y eso va a influenciar mucho.
C. Tengo entendido que algunas empresas pidieron seguridad jurídica, ¿eso está garantizado?
C.S. Si, ellos pidieron eso, y lo bueno es saber que tampoco esto va a ser una caza de brujas, se van a respetar a las empresas que vinieron a invertir y si no nos gustan las reglas de juego hay que cambiarlas, pero no se puede hacer lo que se salió hacer el año pasado a quemar plantas; hay que priorizar la seguridad jurídica que tiene que existir sino no podemos invitar a nadie a que venga a invertir a Deseado si seguimos tomando a las empresas como enemigas.
C. No hace falta hacer un análisis demasiado exhaustivo para darse cuenta que en Deseado existe una suerte de eterna rivalidad entre empresas y gremios, cosa que no se da en Chubut, ¿por qué pasa esto?
C.S. Primero porque se equivocan; falta más intervención de los gobiernos para sentar a las partes, aunque es un trabajo que ahora lo está haciendo el gobernador (Daniel) Peralta; ya lo hemos visto con la mesa de concertación petrolera. De todos modos, si vos analizas los dos conflictos que se dieron el año pasado en la pesca, el de Deseado fue por el reclamo del impuesto a la cuarta categoría y por problemas internos en el Somu que eran las dos causas; en Mar del Plata, el reclamo era otro: querían dejar de ser cooperativa para entrar a trabajar en relación de dependencia, cosa que en Deseado y en la Patagonia no pasa. Nosotros tenemos un 80 % de personal en relación de dependencia, y hay sectores como en la estiba donde no hay cooperativas, no porque se esté en contra de ellas sino porque las cooperativas han servido para distorsionar la idea con que fueron creadas que fue la idea de igualdad y solidaridad; aquí se tergiversó todo eso y se unieron tres vivos para esquivar aportes y abaratar costos. De hecho, el paso nefasto que tuvieron las cooperativas en la década del 90 sirvieron para que mucha gente se haya quedado sin aportes durante diez años. Entonces, si vos comparás la Patagonia y Mar del Plata te das cuenta que aquí se está con mucha más seguridad laboral que en Mar del Plata; incluso cuando analizás lo que gana un estibador, no tiene comparación con los estibadores de allá, aquí todo el mundo tiene aporte.
C. Pero ese banqueo del 90 % ha sido de algún modo perjudicial para las empresas patagónicas, muchas se quejan del gran nivel de ausentismo en las plantas y del asegurado que deben pagar a gente que no produce, sostienen que ese ausentismo crónico les quita rentabilidad, también se quejan de los altos costos de explotación.
C.S. Claro, aquí repercute tanto la crisis internacional que se nos juntaron dos cosas; la crisis por un lado y el problema de costos por otro lado que antes no se notaba por tener la ley de reembolsos por puertos patagónicos; ahora la ley no está, pero las condiciones que crearon esa ley todavía siguen existiendo porque cuando más nos alejamos de Buenos Aires más se encarecen las cosas; los fletes, no solo para exportar sino los fletes de los elementos para la pesca o para la producción en planta, entonces repercute tanto que nosotros pasamos desde el 2005 al 2006 de descargar un 50% del calamar a un 29% en el 2008 y vamos a seguir cayendo porque mientras no haya una ley que nos proteja, todo seguirá igual o peor; mucha gente se quejaba de que esa ley beneficia a las empresas, pero la verdad es que beneficia a la región porque es un aliciente para que las empresas vengan a exportar por estos puertos, y sin esa ley nos va a costar mucho recuperar los niveles que tuvimos durante la década del 90.
C. De hecho, la lana prácticamente está perdida si uno compara las estadísticas de años anteriores
C.S. Ya se está yendo toda a Buenos Aires por vía terrestre, y al no tener incentivo sale más barata llevarla por camión y exportarla desde allá. Con esto hemos retrocedido a la década del 70 donde todo se nos iba por la provincia de Buenos Aires.
C. ¿Cuál es la responsabilidad que les cabe a los políticos ante este escenario?
C.S. Primero, a la ley de reembolsos hay que pelearla.
C. Pero pareciera que ya se intentó todo...
C.S. Es que es muy difícil que la gente del norte entienda que con esa ley se terminan con las asimetrías regionales.
C. ¿Y qué se puede hacer para compensar ya la falta de esa ley?
C.S. A mí me parece que la provincia va a tener que hacer algo: dar algún incentivo para la exportación o bajar los costos portuarios, bajar los fletes hacia el sur. De alguna manera nosotros estábamos pensando en una ley de cabotaje; si hacemos un poco de historia, del 20 al 50 todos los alimentos que consumía la población eran traídos por los barcos, el agua se traía en barco y se distribuía en tren hacia toda zona norte y el sur de Chubut; por eso digo que tiene que haber una ley de cabotaje para que nos beneficie, pero esa ley tiene que ser de fomento; es más fácil que venga un barco con contenedores que dos mil camiones por tierra desde Santa Fe o Buenos Aires. Si eso pudiera darse evitaríamos gastos de combustibles y accidentes; ganaríamos por otro lado en actividad portuaria ya que tanto Deseado como Madryn y Ushuaia serían lugares para transferencia de carga.
C. ¿Hay algún proyecto presentado al respecto?
C.S. Si, el diputado nacional Arturo Rodríguez ha comenzado a trabajar en lo que sería un borrador o una primera aproximación a un proyecto de ley que tiene que ser de fomento, para estar exenta de algunos impuestos, porque es mercadería entre el mismo país. También el titular de la UNEPOC, el ing. Chappino habló sobre el proyecto en algunas charlas en Buenos Aires. Aunque hay algo que además nos hace falta y es el aeropuerto.
C. ¿Qué es lo que ocurre con Deseado que pareciera ser que a nivel provincial no es escuchada?
C.S. A lo mejor tiene que ver con que nuestros políticos no son tan insistentes como en otras localidades. Nosotros somos como francotiradores; no hemos sabido llegar como comunidad con proyectos serios, con proyectos realizables, por eso creo que es hora de unirnos porque la crisis que ya está en la puerta y no nos va a preguntar de qué partido político somos ni qué lugar en la escala salarial estamos ocupando. Entonces hay que gestionar, porque la actividad pesquera viene decayendo.
C. Quizás los políticos locales no conozcan en profundidad el tema pesquero y por lo tanto les cueste tomar conciencia de cómo es la realidad del sector.
C.S. Puede ser, y es terrible porque nosotros estamos perdiendo terreno ante Mar del Plata que pasó de manejar un 25 % de las descargas de calamar hace unos años a una descarga de más 60 % que tiene hoy; y no puede ser que a la flota potera que opera frente a Deseado le salga más barato ir a descargar a Mar del Plata. Esas cosas hay que cambiar, sincerando costos por un lado y con la intervención del Gobierno por otro, tentándolos para que vuelvan a utilizar los puertos patagónicos.
C. Pero como gerente de una empresa de estibaje, no desconoce que una de las principales quejas de las empresas está apuntada hacia el costo de la estiba
C.S. Los altos costos de la estiba tienen su explicación: yo no me puedo comparar con Mar del Plata porque ahí hay cooperativas, en cambio aquí se trabaja en relación directa pagando todo en el marco de la ley; además, este puerto es muy legal, hay balanzas autorizadas por el INTI que se renuevan anualmente y otros en puertos no he visto usar las balanzas al lado de los barcos. Sí es cierto que la estiba está un 40% más cara que en Mar del Plata, pero hay otro factor determinante que es el tema de los costos del flete como te decía.
C. Bueno, pero no sólo las empresas poteras se quejan: aquí hay empresas locales que dicen que descargar fresco es muy costoso.
C.S. Eso es verdad porque nunca se pudo imponer lo que es el valor por cajón. Aquí la gente cobra por turno y la única forma de solucionar es que haya una estiba exclusivamente para fresco. Nosotros a la diferencia lo vemos en Caleta Olivia o en Comodoro porque como ellos tienen un precio por cajón, la descarga es mucho más rápida y los costos mucho menores.
C. ¿A los estibadores no se les ha planteado que deberían tratar de otro modo a los fresqueros ya que ellos son los que salvan el trabajo en las vedas del calamar y el langostino?
C.S. No se ha podido hacerlos entender; incluso hemos tenido varias reuniones para explicarle que aflojando un poco podríamos llegar a tener mucho más trabajo, en definitiva es algo que ellos tienen que evaluarlo.
C. Uno de las actividades por ahora incipiente pero que está sosteniendo el trabajo en el puerto es la exportación de minerales, ¿por qué cree que hay un rechazo de la comunidad hacia la minería?
C.S. Lo que pasa es que faltan políticas claras; yo creo que cada uno tiene que decir su verdad, pero creo que la minería bien controlada tiene que funcionar; si funciona en el primer mundo ¿por qué no va a funcionar aquí? Ocurre que no se debaten los temas y eso es grave. Estamos viviendo en un mundo tan globalizado que nuestra única actividad es la exportación, y esta crisis mundial está afectando directamente a Deseado en toda su magnitud.
C. En su discurso aparece muy claro de nuevo la falta de conciencia de los políticos locales sobre la dimensión que tiene ya esta crisis para esta ciudad, ¿es tan difícil que legisladores y funcionarios lo entiendan?
C.S. No sé si es tan difícil; hace falta un fuerte compromiso y buscar ser escuchado para poder ayudar a esta actividad.



"No podemos invitar a nadie a que venga a invertir a Deseado si seguimos tomando a las empresas como enemigas".


"Nosotros tenemos un 80 % de personal en relación de dependencia, y hay sectores como en la estiba donde no hay cooperativas".


"Sin la ley de reembolsos nos va a costar mucho recuperar los niveles que tuvimos durante la década del 90".


"No puede ser que a la flota potera que opera frente a Deseado le salga más barato ir a descargar a Mar del Plata".


"Es hora de unirnos porque la crisis que ya está en la puerta y no nos va a preguntar de qué partido político somos ni qué lugar en la escala salarial estamos ocupando".


CRONICA, Comodoro Rivadavia

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