CONSAGRARON DIACONO A
UN MAESTRO EJEMPLAR
* Por: Mario dos Santos Lopes
Puerto Deseado/ 1986
En 1986, como lo hacía en 1945, como si el tiempo no hubiera pasado, como si no tuviera setenta y tantos largos, un maestro incansable, Mario Caccia, recorre día a día, con el mismo entusiasmo, las calles de Puerto Deseado, llevando la mano tendida a todo aquel que lo necesita la palabra amistosa, el consejo oportuno, el consuelo esperado.
El domingo 31 de agosto, el Obispo diocesano, Monseñor Miguel Angel Aleman, lo consagró diácono permanente - el primero en Santa Cruz- en el marco de una ceremonia de honda emotividad que llevó a centenares de amigos y exalumnos a colmar el templo parroquial.
Recuerdos de una vida fecunda
"Papá y mamá, después de tantos sacrificios y renuncias, ya fallecieron", recuerda, y sigue diciendo: "Papá era carpintero, y durante 5 años estuvo en el frente, en la Primera Guerra Mundial de 1914, de modo que no lo ví desde mis 3 a mis 8 años de vida"
El maestro Caccia manifiesta luego que a los pocos días de nacer, su madre lo llevó al altar de la Virgen María y lo consagró a ella.
En 1943 llegó a la Argentina, y se vinculó con los salesianos, hasta que encontró el camino que lo traería a Puerto Deseado.
Dejemos que él nos hable: "Fui maestro de primaria (19 años en primer grado); también estuve en la secundaria... y me jubilé. Ahora, siempre hay algunas cosas para hacer, ¿verdad?"
¿Cuál es el objetivo de su vida?
" Siempre me gustó darme a los demás. ¡Solamente el Señor lo sabe! Y aquí, en esta ciudad, me encuentro con otras personas... dentro de la comunidad cristiana están mis hermanos y hermanas de la Legión de María, grupo que compartimos desde hace 16 años. También los cursillistas, los catequistas, los jóvenes y los matrimonios".
Mario Caccia, que ha venido a convertirse en un magnífico símbolo de tra
bajo, de entrega personal, de servicio a los demás, de lucha incaudicable, es, tal vez, el mayor caminante de las calles deseadenses. Visitando fami-
lias enseñando las primeras letras y llevando una palabra de compañía y aliento a los encausados en la Unidad Regional Norte; llevando consejo y amistad a los soldados conscriptos, a los ancianos del Hogar San Cayetano, a los enfermos en el hospital, a cada uno que lo necesite.
Primer ganador del premio Fagnano -instituido por el Ministerio de Educación de la Provincia, en 1981-, Mario Caccia es la humildad personificada: "Me siento muy indigno -afirma-, pero es siempre Dios el que nos elige y no nosotros a El"
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