Escasa diferencia entre los pasajes terrestres y aéreos
En los últimos dos años los boletos de larga distancia experimentaron un incremento de casi el 90 por ciento. Hoy viajar a Buenos Aires en micro desde Rio Gallegos y con 35 horas de viaje, cuesta 649 pesos, en tanto que el pasaje aéreo cuesta $ 761 y se llega en 3 horas.
Más allá de las discusiones que cada día plantea la exactitud y verosimilitud del índice de precios que emite el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC), lo cierto es que algunos productos y servicios han excedido largamente esa medición, desvirtuando su valor frente al poder adquisitivo de la gente.
Un ejemplo contundente en la materia es el valor que alcanzó el pasaje de ómnibus de media y larga distancia, el cual en los últimos dos años experimentó un aumento que ronda el 90 por ciento. Así, su costo entre Río Gallegos y Buenos Aires pasó a costar 649 pesos, en 2011, en tanto que el ticket aéreo para el mismo tramo sale apenas 761 pesos.
Hace una década atrás, la diferencia entre el avión y el micro era del 150%, en tanto que ahora apenas llega al 17%. Esto sin considerar los pasajes bonificados, como ser el residencial en el caso de Aerolíneas Argentinas o el anticipado por parte de LAN, donde la tarifa aérea se reduce considerablemente, provocando que el pasaje terrestre sea, incluso, más caro que el aéreo.
La suba de tarifas en los colectivos poco tiene que ver con el índice del INDEC para el rubro Transporte y Comunicación, que en ese mismo lapso registró un crecimiento de apenas el 15,03 por ciento, y tampoco se relaciona con la suba de los combustibles.
De acuerdo con los gremios relacionados con el transporte, el aumento responde precisamente a ajustes del combustible y salariales, aunque ninguno de los dos casos alcanza a justificar el porcentaje alcanzado.
Pero sin considerar excesivos los incrementos, en realidad esta suba sirve a las empresas aéreas para presionar por una recomposición del valor del pasaje en avión, si bien el mismo ha sufrido reacomodamientos en los últimos dos años, no fue al nivel del registrado en el transporte terrestre de larga distancia.
Esa relación sería la que se busca restablecer, aunque los valores de Aerolíneas Argentinas, subsidiados por el Estado nacional, se han reducido de manera importante.
En nuestro país, según informes oficiales, el 89 por ciento de los viajes se realizan en ómnibus, contra apenas el 9 por ciento en avión. Esto se debe no sólo a una cuestión de costos, sino a que los micros tienen llegada a unas 900 localidades del país, mientras que los aviones apenas cubren 38.
El otro medio de transporte, el tren, ha sido casi borrado como alternativa de media y larga distancia. Pero mientras en Argentina se genera esa competencia “peso a peso” entre el ómnibus y el avión, en determinados destinos, en los países super desarrollados, esa puja se establece, en distancias medias, entre el avión y el tren de alta velocidad, este último siendo cada vez más preferido por los viajeros, por su seguridad y confort.
LA OPINION AUSTRAL
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1 comentario:
yo prefiero en distancias seas cortas o largas en avión.. ahora estoy en uno de los hoteles cinco estrellas en venecia asi que tuve un largo viaje y un poco el avión te termina cansando.
de todos modos para cuando viajo por trabajo en el interior de Argentina lo hago en avión.
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