EL ORDEN DIGITAL

martes, 6 de marzo de 2012

LA PARADOJA DE LA ACTIVIDAD PESQUERA



Puerto Deseado lideró el año pasado los desembarques de langostino, sin embargo la situación de la actividad pesquera en la localidad es de profunda crisis. Los valores internacionales y los costos operativos son un coctel nocivo para el desarrollo del sector. 

   
La pesca sigue siendo, hoy por hoy, la principal actividad económica que rodea a Puerto Deseado. Con un puerto preparado para la exportación y planta de procesamiento en tierra, la imposibilidad de dar por tierra con una crisis que se viene profundizando en los últimos años llena de frustración a muchos de los actores que viven y desarrollan la activad en la ciudad.
El tema no estuvo ausente en el discurso del gobernador. No es para menos, toda la economía de una localidad depende de ello. Pero los números revelan ciertas paradojas que desvelan a muchos de los actores.
“En relación a la actividad pesquera, las estadísticas de producción en planta y desembarques registradas durante 2011 son similares al de años anteriores, alcanzando parcialmente 16 mil toneladas”, se señaló el jueves.
Los valores de desembarque de langostino en la Argentina oscilan en 80 mil toneladas, siendo el primer puerto de desembarque Puerto Deseado.
Según las autoridades, se aprovechó toda la cuota de valor artesanal de merluza común por parte de Caleta Paula, como así también la correspondiente a Puerto Deseado, logrando transferencias de las empresas por más de 600 toneladas, para que la Provincia las distribuyera en barcos fresqueros con asiento en Puerto Deseado, para su procesamiento.

Trabajo mancomunado
“Frente a este momento crítico que atraviesa la pesca en todo el arco nacional y en particular en nuestra provincia, sortearemos esta crisis trabajando en forma mancomunada con el sector gremial y empresario, para tomar las medidas necesarias en lo productivo y social, con el compromiso que marca la hora”, dijo Peralta en su discurso.
Desde la CGT zona norte preparan, en ese sentido, un proyecto para formar una empresa mixta entre el Estado y los trabajadores, para centralizar el procesamiento de pescado. “Si los empresarios no pueden, nosotros nos pondremos al frente de este problema”, dijo Julio Gutiérrez, que el viernes acompañó a los trabajadores de la STIA en Puerto Deseado, donde asumieron nuevas autoridades.
La actividad pesquera de los puertos de Caleta Paula y Puerto Deseado sigue siendo la más importante de la provincia, y en términos de desembarque de langostino, la más importante del país.
Según indicó el mandatario, “los permisos de pesca provinciales para empresas radicadas en Santa Cruz oscilan entre los 50 y los 55, en concepto de barcos grandes de flota de altura, y en concepto de barcos pequeños, que forman parte de una flota artesanal, 12 y 14, que desarrollan su actividad en el Puerto Caleta Paula”.
Hoy unas 2 mil personas trabajan en el sector en toda la provincia, pero pese a lo significativo del número, la realidad indica que hoy en las plantas procesadoras de Deseado trabajan menos de la mitad de personas que hace cuatro años atrás.
Por otra parte, se estima en unos 1.500 trabajadores al personal de Estibaje y marineros embarcados, con radicación efectiva en la provincia de Santa Cruz. Días atrás, en Buenos Aires hubo una reunión entre las autoridades de Producción, el Municipio de Puerto Deseado, los empresarios y los trabajadores. El punto central fue lograr un acuerdo para que no haya más despidos en el sector.
En tanto, desde el Gobierno se comprometieron a buscar nuevos mercados y lograr productos con valores agregados para obtener una diferenciación de precios, para lo cual se espera, con la herramienta de la Ley de Promoción Industrial, puedan lograr inversiones tendientes a crear nuevas cadenas de valor.

El problema de los costos
En una entrevista dada a la Revista Puerto, el empresario de la estiba Carlos Santi, de Puerto Deseado, se refirió a la falta de competitividad que hoy tienen los puertos del sur, fundamentalmente por el costo del flete de exportación y pidió que se adopten medidas fiscales que equilibren las asimetrías que hoy existen.
Con el inicio de la temporada del calamar, el empresario sostuvo que hay mejores expectativas que el año pasado, pero sostuvo que “la situación es muy endeble por la cantidad de factores que dominan esta actividad, las variables de los precios del calamar también influyen en los puertos que tocan los buques a la hora de descargar”, interpretó.
Cuando un armador debe tomar la decisión de entrar sus barcos a uno u otro puerto, son muchos los factores que analiza: proximidad del recurso, valor del combustible en ese lugar, tipo de servicios, costos de la estiba, transporte, flete. “Las variables son muchas, no sólo el precio de la estiba. Por eso también hay empresas que descargan acá y otras que vuelven a sus puertos de origen a descargar, con la pérdida de días, pero la ecuación les resulta mejor de esa manera”, describió.
En realidad, cada empresa potera adopta sus políticas de explotación del recurso en base a sus ópticas y siempre intentando optimizar el negocio, “por eso hay criterios diferentes, unos consideran más adecuado operar desde Deseado y otros van a descargar a Mar del Plata”. “Esto es como el fútbol, le da la razón a todos y le quita la razón a todos; el ritmo promedio de descarga es bueno, no se demora el doble que en otros puerto, pero sí es más caro, es indudable que los costos patagónicos son más altos por todas las razones que ya se conocen”, indicó.
Al ser consultado puntualmente sobre la diferencias de costos en la estiba entre Mar del Plata y el puerto santacruceño, reveló que “hay un costo mayor de alrededor del 25 por ciento o algo más. Todos saben que en la Patagonia esos mayores costos los tienen todas las actividades, desde un maestro hasta cualquier otro trabajador que percibe un ítem por zona desfavorable, y eso influye”.
“Claro que hay diferencias con Mar del Plata. Acá la totalidad del personal trabaja en blanco y está registrado. Este es un puerto que cumple con todas las de la ley en cuestiones de derechos laborales, acá no existen cooperativas truchas. Lamentablemente, cumplir con la ley te pone en desventaja con Mar del Plata”, dijo el titular de Santa Cruz Estibajes al trazar la comparación.
“El costo patagónico no es un capricho, ni un afán de mayor ganancia, es una realidad. Es la famosa asimetría de la que hablaba Kirchner entre el centro y la periferia. Patagonia sigue siendo periferia y esos desequilibrios hoy siguen existiendo. El factor importante que le sacó competitividad a los puertos del sur es que, perdidos los reembolsos, no volvieron a ser competitivos. Le guste a quien le guste, esto ha sido así”, afirmó Santi.
(Fuente: La Opinión Austral – Revista Puerto)

Irene Stur

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